Thursday, October 26, 2017

Monday, October 02, 2017

Aznar y el PP

Tolosa, febrero de 2004

Aznar, el PP y estos últimos años me recuerdan más a la España de la dictadura derivada del alzamiento militar contra el gobierno democrático de la segunda república (hecho que no deberíamos olvidar) –Una, uniforme, centralista y gobernada de forma autoritaria y paternalista, sin resquicio para el desacuerdo y con un control absoluto de las ideologías- que a la España derivada de la Constitución del 78 y de los posteriores estatutos de las diferentes autonomías.
¿De qué se ha servido el gobierno del PP, para conseguir una situación como la que vivimos?
Simple y llanamente, de la existencia de ETA y del atentado del 11 de septiembre del 2001, pero este último hecho lo han utilizado fundamentalmente para hacer con algo más de descaro algo que venían haciendo en los últimos años.
El gobierno del PP ha conseguido llegar a criminalizar a todo un sector de un pueblo que defiende pacífica y democráticamente otro modelo de relación con el estado español. Para ello ha utilizado con el mayor de los descaros la mayoría de medios de comunicación, ha colocado en la cúpula judicial a personas afines a su ideología con la consecuente pérdida de independencia de este poder fundamental y consiguiente deterioro de los derechos y libertades de los ciudadanos (de algunos) y de la democracia y ha conseguido que un auténtico sofisma, como es hacer creer que quien no está con el gobierno en todos sus postulados en relación al tema “vasco” (y últimamente también en otros temas) está en contra de España y de los españoles y pone en grave peligro la convivencia, haya calado hondo en gran parte de la sociedad española. El seguidismo que ha hecho el PSOE de estas tesis (el PP ha aprovechado bien lo malparado que salió el PSOE de su anterior período en el gobierno) también ha ayudado sin duda.
Creo que ya es hora de que desde el PSOE se empiecen a oír voces críticas con la visión de estado que tiene el PP. La España de la república no tenía nada que ver con la España de Franco y la España que quisieron imaginar muchas personas tras la muerte del dictador no es la del Señor Aznar ni la del PP, que, no lo olvidemos, no creyeron entonces en la constitución y en el estado de las autonomías y siguen sin creer por mucho que se les llene la boca con esas palabras. No son nadie para monopolizar la idea de España.
No se han parado nunca a pensar que  la actual cúpula del PP  está repleta de herederos del franquismo, en muchos casos familiares directos de altos cargos de la dictadura e incluso de colaboradores de ésta y responsables directos de muchos de los crímenes producidos durante la misma, como en el sangrante caso de Fraga.
¿Cómo pueden ir de la mano personas a las que una vez finalizada la Guerra Civil mataron a sus padres, tíos y abuelos y cuyos familiares vivieron bajo el yugo de todos esos señoritos que no eran otros que los padres, tíos y abuelos de los actuales mandatarios del PP? Además no deberíamos olvidar que estos “demócratas” siguen negándose a condenar  el alzamiento militar de Franco y sus posteriores crímenes. Esto si que deberíamos considerarlo como un auténtico Síndrome de Estocolmo (estoeselcolmo).
El PP ha conseguido que siendo ETA y los que la apoyan cada vez menos, parezca que cada día somos más los que les damos cobertura. El PP ha pretendido eliminar a sus adversarios políticos utilizando la calumnia, la mentira, cerrando medios de comunicación, ilegalizando partidos políticos, maniatando a su adversario político directo gracias a ETA (y a la poca habilidad del mismo, todo hay que decirlo), creando organizaciones fantasma en defensa de la “libertad” y haciendo una utilización indecente de las víctimas de ETA.
El grado de protagonismo y la utilización partidista que se está haciendo de estas víctimas es impresionante. El hecho de ser víctima de una banda terrorista es terrible, pero eso no te hace ser ni mejor ni peor persona, ni te da ni te quita la razón y tampoco te hace ser adalid de la libertad. Desgraciadamente, lo único que reciben las víctimas es dolor, y por ello merecen toda la solidaridad del mundo, solidaridad entendida como afecto y apoyo moral, no como carta en blanco para imponer sus ideas.
Cuando oigo a Savater, a Rosa Díez,... hablar de la imperiosa necesidad de que en este pueblo todos podamos defender libremente nuestras ideas sin que por ello nos quemen la casa o el coche o nos peguen un tiro en la nuca; pienso si habrá de verdad mucha gente que no reivindique eso mismo, y me contesto que no, que estoy seguro de que son sólo unos pocos descerebrados. Pero cuando les veo escupir sapos y culebras contra propuestas políticas que se plantean democráticamente, propuestas en las que se condena implícita y explícitamente la violencia y que además son reflejo del sentir de una parte muy importante de este pueblo, me quedo atónito.
Es curioso que los mensajes de organizaciones como “Fundación para la libertad”, “Foro de Ermua” o “Basta ya” sean siempre destructivos y de negación de todo proyecto que plantee alguna alternativa a su inalterable “Constitución-Paraíso”, aún más, tildan de delincuente y desestabilizador de la convivencia a todo aquel que no está de acuerdo con determinados aspectos de ese paraíso terrenal. Bonita libertad la que preconizan.
Es curioso que por el contrario los mensajes de los llamados nacionalistas (¿Qué serán los “constitucionalistas”?) en general son mucho más abiertos, menos agresivos y respetuosos, proponen diálogo y  discusión de proyectos; incluso Batasuna habla últimamente de que lo importante es el reconocimiento del derecho de autodeterminación ya que la decisión de hacerlo efectivo es algo que derivará de la decisión del pueblo (término a definir...).
Hay dos cosas que deseo en este momento, una que ETA desaparezca y otra, que despierten de su letargo todas esa personas abiertas, solidarias, respetuosas, amantes de la diversidad, sensibles con las minorías, dispuestas a llegar a acuerdos y  que creen que la vida es un devenir continuo que impone una adaptación y una evolución constantes, como así nos lo ha demostrado durante tantos y tantos milenios.


Andu